Nuestras Setas
Nuestras Setas
Introducción
La Palma cuenta actualmente con una gran flora micológica compuesta por más de 1.300 especies diferentes de setas, de las cuales más de 80 son comestibles. Todo ello gracias a la labor incansable de identificación y estudio realizado por la reconocida micóloga afincada en la isla Rosemarie Dähnke.
En la Isla de La Palma, la época de las setas comienza con la llegada de las primeras lluvias otoñales. El crecimiento comienza en el lado este de la isla, en cotas situadas alrededor de los 700 m sobre el nivel del mar, donde se concentra la humedad que traen consigo los vientos alisios.
En las zonas más altas, como la Pared Vieja, las setas aparecen una semana después. Desde allí continúa el proceso de desarrollo micológico, ascendiendo por las pendientes de Cumbre Nueva.
En el lado oeste de la isla, las setas crecen unas tres o cuatro semanas más tarde.
Al norte de la isla, en los amplios territorios de Barlovento y Garafía, la época óptima de las setas comienza en el mes de enero. En las partes más altas de esta zona se encuentra una serie de especies que no crecen en ningún otro lugar de la isla, pues necesitan temperaturas muy bajas para poder desarrollarse.
Los aficionados a las setas deben saber que muchas de ellas crecen asociadas a determinadas especies vegetales, en un proceso simbiótico denominado micorriza. Así, por ejemplo, las cantarelas (Cantharellus cibarius) y los boletos de verano (Boletus aestivalis) crecen cerca de los castaños, el boleto común (Boletus edulis) y los níscalos (Lactarius deliciosus) lo hacen junto a los pinos canarios.
Recomendaciones de interés
Las setas son ingredientes imprescindibles en la preparación de muchos y singulares platos. En algunos son el componente principal o incluso el único, ya que, a solas o en compañía, constituyen un auténtico manjar para todos los sentidos. Un consumo incipiente que en la isla de La Palma comienza a despertar la curiosidad de muchos aficionados que buscan entre los bosques palmeros algunas de las mejores joyas micológicas. Aunque tradicionalmente, desde antaño, las primeras lluvias despertaban el interés de los amantes de las popularmente conocidas como "nacidas" (Rhizopogon luteolus), lo cierto es que en los últimos años el comienzo de la temporada provoca que los neófitos se reúnan en las cotas más altas de la geografía insular para disfrutar de una agradable jornada y regresar a casa con sus cestas repletas de diferentes especies de setas.
La flora micológica de nuestra isla incluye especies tóxicas, algunas muy peligrosas. El desconocimiento, la confusión con especies comestibles de aspecto similar, hacen que cada año, al llegar la temporada, se produzcan intoxicaciones, algunas de ellas no van más allá de una simple indigestión, aunque no podemos olvidar que, en algunos casos y aunque no abundan en los bosques palmeros, también existen especies cuyo consumo puede provocar serios problemas de salud e, incluso, resultar mortales.
La recolección y el consumo de setas
· Ante la duda, NO LA COJA. Cuando tenga dudas sobre una especie, consulte con un experto, con los servicios de Medio Ambiente del Cabildo o con nuestra Sociedad.
· Si no la conoce, DÉJELA. No la estropee, dándole una patada o rompiéndola, puede venir detrás de usted, alguien que sí la conozca, y además todas tienen alguna misión en la naturaleza.
· NO RECOLECTE todas deje siempre algunas para que al dispersar sus esporas, en los próximos años siga habiendo setas.
· Las setas se cortan por la base del pie para no destruir el micelio: la parte subterránea de la seta que debe seguir viviendo para generar nuevas setas y cumplir su función en el ecosistema.
· Una pequeña navaja y un cesto de fondo plano son los utensilios más adecuados para la recogida de setas. NO utilice cubos ni bolsas de plástico.
· NO, utilice palos, rastrillos u otras herramientas para rascar el suelo o levantar la pinocha, pues dañará el micelio o las micorrizas que dan vida al bosque.
· NO hacer caso de tradiciones para su reconocimiento. Estudiar bien la seta y si no está seguro de no ser venenosa no la consuma. No se fíe de tradiciones como que ennegrecen la cucharilla de plata o la moneda, o las comidas por animales, vinagre, …
· NO RECOLECTE las setas que vea con láminas blancas, anillo, volva, y sombrero blanco-amarillento o verdoso, pueden ser Amanitas, las más venenosas de todas.
· EVITE la recolección de ejemplares viejos o muy jóvenes. Los viejos ya no son comestibles; los muy jóvenes se pueden confundir fácilmente con otra seta que puede ser venenosa.
· NO deje las setas mucho tiempo en la nevera. Son productos perecederos y deben consumirse al poco tiempo de su recolección, para apreciar al máximo sus propiedades culinarias.
· NO CONSUMA las setas fermentadas, incluso las comestibles, podrían ser indigestas.
· NO arranque o destroce las setas que no conozca o no sean comestibles, pues todas desempeñan una importante función ecológica.
· Por si acaso deje una muestra en el frigorífico de cada especie que consuma. En caso de intoxicación, el médico podrá actuar más rápidamente.
Ante el mínimo síntoma o sospecha de intoxicación, se recomienda llamar al 112 o al Instituto Nacional de Toxicología (91 562 04 20), o acudir a servicios de urgencias, preferiblemente con una muestra cruda de las setas ingeridas.
La Asociación Micológica de La Palma todos los años organiza unas Jornadas Micológicas donde se puede aprender sobre el mundo de las setas y poder degustarlas al mismo tiempo.
El consumo de setas debe hacerse con moderación.